martes, 14 de junio de 2016

El amor dentro de la familia

Generalmente, existen las familias por causa del amor. Un hombre y una mujer se enamoran, contraen matrimonio, y de ese amor nacen los hijos. El problema radica en cómo mantener ese amor vivo y floreciente, ya que éste necesita una atención constante. Si no lo nutrimos continuamente, al igual que una planta cuando no la regamos, el amor se marchitará y morirá.

Lo más importante que debemos hacer para fortalecer el amor de nuestra familia es vivir el primero y grande mandamiento: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente" (Mateo 22:37). Nuestro Padre Celestial es la fuente de toda verdad y de todo amor. Al amarlo, nos acercamos más a El y llegamos a ser más como EL Así es como recibiremos de su mano el conocimiento y el poder para amar a cada miembro de nuestra familia, para fortalecer el amor de ellos hacia otras personas y para hacer frente a los problemas que se presenten a diario en nuestros hogares. El Salvador nos dijo: "El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor" (1 Juan 4:8).

"El hogar es el gran laboratorio del aprendizaje y del amor. En él, los padres ayudan a los hijos a superar la tendencia natural del egoísmo. Al criar a nuestra propia familia, mi esposa y yo hemos sentido una gran gratitud por el consejo del Libro de Mormón, que dice: " 'Ni permitiréis que vuestros hijos anden hambrientos o desnudos, ni consentiréis que quebranten las leyes de Dios, ni que contiendan y riñan unos con otros... " 'Mas les enseñaréis a andar por las vías de verdad y cordura; les enseñaréis a amarse mutuamente y a servirse el uno al otro'




"La familia es una íntima comunidad de vida y amor" cuya misión es "custodiar, revelar y comunicar el amor"
*Formación de una comunidad de personas
*Servicio a la vida
*Participación en el desarrollo de la sociedad
*Participación en la vida y misión de la iglesia

El amor auténtico vivido en la familia debe alcanzar a la sociedad, la familia debe salir de sí misma y compartir esta vivencia profunda del amor entre ellos que es un reflejo del amor de Dios Padre.
El amor en la familia tiene dos cometidos fundamentales:
1. Enseñar el amor, aprender a amar. Revelar, custodiar y comunicar el amor, y proyectar lo a la sociedad.
2. Ayudar a cada uno de sus miembros, especialmente a los hijos, a que desarrollen todas sus potencialidades, que lleguen lo más cerca posible, a lo que deben llegar a ser, que alcancen la vocación a la que han sido llamados por su Creador.

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